Federación de Mujeres Cubanas

domingo, 21 de octubre de 2012

Participación en comicios ronda el 90 por ciento

A una hora del cierre de los colegios electorales en Cuba, casi el 90 por ciento de los ciudadanos inscritos había ejercido su derecho al voto para escoger a los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular.

Según el quinto parte parcial de la Comisión Electoral Nacional (CEN), a las 5:00 p.m. ascendían a siete millones 889 mil 314 los votantes, de un padrón de poco más de ocho millones 500 mil personas.

La vicepresidenta de la CEN, Rosa Charroó señaló que desde ya podemos calificar de históricos estos comicios, porque una vez más el pueblo ha concurrido de forma masiva y entusiasta a las urnas. (PL)

Mi voto por la democracia

"El voto es un depósito más delicado que otro alguno, pues va con él: vida, honor y porvenir". (José Martí)

Zandrita quería votar hoy

Anoche mi hija Zandra me pidió que la levantara temprano para acompañarme a votar, pues solo tiene 13 años y aún no puede hacer uso de ese derecho que da la Constitución Cubana. Como ella siempre aprovecha el fin de semana para alargar el horario del sueño la llamé a las 7 y 10 de la mañana y sin pensarlo dos veces se levantó como si fuese ella la del deber ciudadano; eso fue lo que pensé en un primer instante pero a decir verdad, es su deber prepararse para el futuro. Una vez más comprobé que los refranes forman parte de nuestra idiosincrasia: "Hijo de majá sale pinto". En mi voto también iba el de ella.

Lizandra votó por primera vez

PASTOR BATISTA VALDÉS

LAS TUNAS.—Como de costumbre, Liszandra Sánchez Gómez se levantó a las 5:30 AM; no para ir hacia el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas Luis Urquiza Jorge, donde estudia, sino para ejercer por vez primera su derecho al voto, en el colegio electoral situado en la escuela primaria Tony Alomá.

"Varias veces vine a este mismo lugar a custodiar las urnas como pionera —expresa. Era impresionante estar ahí con mi pañoleta, saludar al elector, decir a una sola voz la frase ¡Votó! Por eso hoy sentí gran emoción cuando me sorprendieron con este ramo de flores por haber sido la primera en llegar.

"Dudo que en otro país el pueblo elija de forma tan limpia y transparente a sus representantes. Por eso me he sentido muy motivada, adulta y más responsable. En estos momentos mis padres ofrecen ayuda solidaria en Venezuela, pero de alguna manera siento que también voté por ellos."

lunes, 8 de octubre de 2012

Che Comandante, Amigo


El 8 de octubre de 1967, en el combate de Quebrada del Yuro, tras ser herido de bala en su pierna izquierda, inutilizado su fusil y sin cargador en su pistola, es hecho prisionero el Comandante Ernesto Che Guevara. Más tarde, por orden de la CIA, es asesinado, al igual que varios de sus compañeros de lucha.

En los días siguientes, las agencias internacionales de prensa comenzaron a difundir despachos relacionados con su muerte en Bolivia.

El 15 de octubre, Fidel en una comparecencia por la Televisión Cubana confirmó la caída del Che en Bolivia y anunció que el 18 de ese mes se efectuaría en la Plaza de la Revolución José Martí una velada solemne.

Este día, ante una impresionante multitud silenciosa, sin previa presentación, el Poeta Nacional Nicolás Guillén ocupó el podio situado en la tribuna y su emocionante voz reflejó en versos el sentimiento de todo un pueblo.

Che Comandante

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen,

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan

en cementerio, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos

Che Comandante,

amigo.


Con sus dientes de júbilo

Norteamérica ríe. Mas de pronto

revuélvese en su lecho

de dólares. Se le cuaja

la risa en una máscara,

y tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos,

y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía.

Tú lo sabías, Guevara,

pero no lo dijiste por modestia,

por no hablar de ti mismo.

Che Comandante,

amigo.


Estás en todas partes. En el indio

hecho de sueño y cobre. Y en el negro

revuelto en espumosa muchedumbre,

y en el ser petrolero y salitrero,

y en el terrible desamparo

de la banana, y en la gran pampa de las pieles,

y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,

tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,

vivo, como no te querían,

Che Comandante,

amigo.


Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante,

amigo.


Pasas en tu descolorido, roto, agujereado

traje de campaña.

El de la selva, como antes

fue el de la Sierra. Semidesnudo

el poderoso pecho de fusil y palabra,

de ardiente vendaval y lenta rosa.

No hay descanso.

¡Salud Guevara!

O mejor todavía desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos

morir para vivir como tú has muerto,

para vivir como tú vives,

Che Comandante,

amigo.

Che Comandante, Amigo


El 8 de octubre de 1967, en el combate de Quebrada del Yuro, tras ser herido de bala en su pierna izquierda, inutilizado su fusil y sin cargador en su pistola, es hecho prisionero el Comandante Ernesto Che Guevara. Más tarde, por orden de la CIA, es asesinado, al igual que varios de sus compañeros de lucha.

En los días siguientes, las agencias internacionales de prensa comenzaron a difundir despachos relacionados con su muerte en Bolivia.

El 15 de octubre, Fidel en una comparecencia por la Televisión Cubana confirmó la caída del Che en Bolivia y anunció que el 18 de ese mes se efectuaría en la Plaza de la Revolución José Martí una velada solemne.

Este día, ante una impresionante multitud silenciosa, sin previa presentación, el Poeta Nacional Nicolás Guillén ocupó el podio situado en la tribuna y su emocionante voz reflejó en versos el sentimiento de todo un pueblo.

Che Comandante

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen,

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan

en cementerio, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos

Che Comandante,

amigo.


Con sus dientes de júbilo

Norteamérica ríe. Mas de pronto

revuélvese en su lecho

de dólares. Se le cuaja

la risa en una máscara,

y tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos,

y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía.

Tú lo sabías, Guevara,

pero no lo dijiste por modestia,

por no hablar de ti mismo.

Che Comandante,

amigo.


Estás en todas partes. En el indio

hecho de sueño y cobre. Y en el negro

revuelto en espumosa muchedumbre,

y en el ser petrolero y salitrero,

y en el terrible desamparo

de la banana, y en la gran pampa de las pieles,

y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,

tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,

vivo, como no te querían,

Che Comandante,

amigo.


Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante,

amigo.


Pasas en tu descolorido, roto, agujereado

traje de campaña.

El de la selva, como antes

fue el de la Sierra. Semidesnudo

el poderoso pecho de fusil y palabra,

de ardiente vendaval y lenta rosa.

No hay descanso.

¡Salud Guevara!

O mejor todavía desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos

morir para vivir como tú has muerto,

para vivir como tú vives,

Che Comandante,

amigo.

Che Comandante, Amigo


El 8 de octubre de 1967, en el combate de Quebrada del Yuro, tras ser herido de bala en su pierna izquierda, inutilizado su fusil y sin cargador en su pistola, es hecho prisionero el Comandante Ernesto Che Guevara. Más tarde, por orden de la CIA, es asesinado, al igual que varios de sus compañeros de lucha.

En los días siguientes, las agencias internacionales de prensa comenzaron a difundir despachos relacionados con su muerte en Bolivia.

El 15 de octubre, Fidel en una comparecencia por la Televisión Cubana confirmó la caída del Che en Bolivia y anunció que el 18 de ese mes se efectuaría en la Plaza de la Revolución José Martí una velada solemne.

Este día, ante una impresionante multitud silenciosa, sin previa presentación, el Poeta Nacional Nicolás Guillén ocupó el podio situado en la tribuna y su emocionante voz reflejó en versos el sentimiento de todo un pueblo.

Che Comandante

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen,

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan

en cementerio, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos

Che Comandante,

amigo.


Con sus dientes de júbilo

Norteamérica ríe. Mas de pronto

revuélvese en su lecho

de dólares. Se le cuaja

la risa en una máscara,

y tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos,

y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía.

Tú lo sabías, Guevara,

pero no lo dijiste por modestia,

por no hablar de ti mismo.

Che Comandante,

amigo.


Estás en todas partes. En el indio

hecho de sueño y cobre. Y en el negro

revuelto en espumosa muchedumbre,

y en el ser petrolero y salitrero,

y en el terrible desamparo

de la banana, y en la gran pampa de las pieles,

y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,

tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,

vivo, como no te querían,

Che Comandante,

amigo.


Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante,

amigo.


Pasas en tu descolorido, roto, agujereado

traje de campaña.

El de la selva, como antes

fue el de la Sierra. Semidesnudo

el poderoso pecho de fusil y palabra,

de ardiente vendaval y lenta rosa.

No hay descanso.

¡Salud Guevara!

O mejor todavía desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos

morir para vivir como tú has muerto,

para vivir como tú vives,

Che Comandante,

amigo.

Che Comandante, Amigo


El 8 de octubre de 1967, en el combate de Quebrada del Yuro, tras ser herido de bala en su pierna izquierda, inutilizado su fusil y sin cargador en su pistola, es hecho prisionero el Comandante Ernesto Che Guevara. Más tarde, por orden de la CIA, es asesinado, al igual que varios de sus compañeros de lucha.

En los días siguientes, las agencias internacionales de prensa comenzaron a difundir despachos relacionados con su muerte en Bolivia.

El 15 de octubre, Fidel en una comparecencia por la Televisión Cubana confirmó la caída del Che en Bolivia y anunció que el 18 de ese mes se efectuaría en la Plaza de la Revolución José Martí una velada solemne.

Este día, ante una impresionante multitud silenciosa, sin previa presentación, el Poeta Nacional Nicolás Guillén ocupó el podio situado en la tribuna y su emocionante voz reflejó en versos el sentimiento de todo un pueblo.

Che Comandante

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen,

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan

en cementerio, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos

Che Comandante,

amigo.


Con sus dientes de júbilo

Norteamérica ríe. Mas de pronto

revuélvese en su lecho

de dólares. Se le cuaja

la risa en una máscara,

y tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos,

y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía.

Tú lo sabías, Guevara,

pero no lo dijiste por modestia,

por no hablar de ti mismo.

Che Comandante,

amigo.


Estás en todas partes. En el indio

hecho de sueño y cobre. Y en el negro

revuelto en espumosa muchedumbre,

y en el ser petrolero y salitrero,

y en el terrible desamparo

de la banana, y en la gran pampa de las pieles,

y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,

tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,

vivo, como no te querían,

Che Comandante,

amigo.


Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante,

amigo.


Pasas en tu descolorido, roto, agujereado

traje de campaña.

El de la selva, como antes

fue el de la Sierra. Semidesnudo

el poderoso pecho de fusil y palabra,

de ardiente vendaval y lenta rosa.

No hay descanso.

¡Salud Guevara!

O mejor todavía desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos

morir para vivir como tú has muerto,

para vivir como tú vives,

Che Comandante,

amigo.

Che Comandante, Amigo


El 8 de octubre de 1967, en el combate de Quebrada del Yuro, tras ser herido de bala en su pierna izquierda, inutilizado su fusil y sin cargador en su pistola, es hecho prisionero el Comandante Ernesto Che Guevara. Más tarde, por orden de la CIA, es asesinado, al igual que varios de sus compañeros de lucha.

En los días siguientes, las agencias internacionales de prensa comenzaron a difundir despachos relacionados con su muerte en Bolivia.

El 15 de octubre, Fidel en una comparecencia por la Televisión Cubana confirmó la caída del Che en Bolivia y anunció que el 18 de ese mes se efectuaría en la Plaza de la Revolución José Martí una velada solemne.

Este día, ante una impresionante multitud silenciosa, sin previa presentación, el Poeta Nacional Nicolás Guillén ocupó el podio situado en la tribuna y su emocionante voz reflejó en versos el sentimiento de todo un pueblo.

Che Comandante

No porque hayas caído

tu luz es menos alta.

Un caballo de fuego

sostiene tu escultura guerrillera

entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.

Y no porque te quemen,

porque te disimulen bajo tierra,

porque te escondan

en cementerio, bosques, páramos,

van a impedir que te encontremos

Che Comandante,

amigo.


Con sus dientes de júbilo

Norteamérica ríe. Mas de pronto

revuélvese en su lecho

de dólares. Se le cuaja

la risa en una máscara,

y tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos,

y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía.

Tú lo sabías, Guevara,

pero no lo dijiste por modestia,

por no hablar de ti mismo.

Che Comandante,

amigo.


Estás en todas partes. En el indio

hecho de sueño y cobre. Y en el negro

revuelto en espumosa muchedumbre,

y en el ser petrolero y salitrero,

y en el terrible desamparo

de la banana, y en la gran pampa de las pieles,

y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,

tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,

vivo, como no te querían,

Che Comandante,

amigo.


Cuba te sabe de memoria. Rostro

de barbas que clarean. Y marfil

y aceituna en la piel de santo joven.

Firme la voz que ordena sin mandar,

que manda compañera, ordena amiga,

tierna y dura de jefe camarada.

Te vemos cada día ministro,

cada día soldado, cada día

gente llana y difícil

cada día.

Y puro como un niño

o como un hombre puro,

Che Comandante,

amigo.


Pasas en tu descolorido, roto, agujereado

traje de campaña.

El de la selva, como antes

fue el de la Sierra. Semidesnudo

el poderoso pecho de fusil y palabra,

de ardiente vendaval y lenta rosa.

No hay descanso.

¡Salud Guevara!

O mejor todavía desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos

morir para vivir como tú has muerto,

para vivir como tú vives,

Che Comandante,

amigo.

Promovida Teresa Amarelle como Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas

El Pleno del Comité Nacional de la FMC, efectuado el pasado 6 de octubre, acordó liberar de sus funciones como Secretaria General a Yolanda Ferrer Gómez, con una larga trayectoria en la organización femenina, estando al frente de la misma durante los últimos cinco años. El máximo organismo de dirección de la FMC reconoció su dedicación y ejemplaridad. La compañera Ferrer Gómez asumirá otras funciones.
Para ocupar esta responsabilidad, el Pleno eligió a Teresa Amarelle Boué, quien se desempeñaba como primera secretaria del Comité Provincial del Partido en Las Tunas.


La compañera Amarelle Boué, tiene 48 años de edad, es Licenciada en Historia y Ciencias Sociales y laboró durante varios años como profesora. En 1987 fue promovida al trabajo político, en el cual posee una hoja de servicios ascendente, con resultados favorables en las diferentes responsabilidades que le han sido asignadas. Es miembro del Comité Central del Partido y Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.